La mama tuberosa es una deformidad congénita frecuente que puede presentarse como constricción unilateral o bilateral de la base mamaria, asimetría, herniación areolar, hipoplasia, ptosis y deficiencia cutánea.
Para conocer si disponemos o no de las conocidas como mamas tuberosas debemos conocer las características principales de los senos que adquieren esta forma:
No obstante debemos tener en cuenta que los aspectos clínicos que se pueden presentar son muy específicos de cada caso y que las mamas tuberosas pueden ser de maneras muy diversas. Para estar completamente seguros de que existe esta anomalía es necesario contactar con un especialista médico que nos realice una exploración y diagnóstico.
¿Cuál es el paciente ideal para la cirugía?
Como hemos descrito anteriormente las mamas tuberosas tienen unas características muy concretas que determinan las personas que pueden o no pueden necesitar de la cirugía encaminada a su solución. Cada caso será individualmente analizado con la doctora, pues a pesar de que tienen características comunes hay gran variabilidad en el grado de afectación y por tanto en la forma.
La cirugía de mamas tuberosas permite una mejora muy significativa de la apariencia y estética de las mamas, y además sostenida en el tiempo. Es por ello que la intervención quirúrgica es un medio buscado por muchas mujeres que padecen este problema y desean un cambio a su situación actual.
¿Cómo comienza todo el proceso?
En la primera consulta, la Dra. Urcelay realiza un examen mamario a la paciente y valora el grado de tuberosidad de la misma (existen tres grados diferentes que determinan la gravedad), así como el tamaño, forma y posición del pecho y las areolas. Estas serían:
Grado 1: implica una falta de desarrollo mamario que impacta el cuadrante inferior interno. Cuando el resto de la mama ha experimentado un desarrollo normal, la areola puede presentar desviaciones hacia abajo o hacia adentro, generando una marcada separación entre las mamas y una convergencia notable de las areolas.
Grado 2: la falta de desarrollo afecta a ambos cuadrantes inferiores. En estas situaciones, la areola suele desviarse hacia abajo.
Grado 3: el grado III es el más severo, afectando todos los cuadrantes. La base de los senos experimenta constricción, y la deformidad varía según el grado de crecimiento mamario. Cuanto mayor sea el tamaño, más evidente será la apariencia tubular.
Posteriormente, como en todos los tratamientos en la clínica, la doctora explicará a la paciente la técnica quirúrgica más adecuada en su caso particular, el resultado esperado tras la cirugía y los beneficios e inconvenientes posibles tras la intervención.
En nuestra clínica siempre queremos tratar al paciente con la máxima atención posible y con toda la información en su mano para una correcta adecuación a sus necesidades.
¿En qué consiste?
Entre 2 y 3 horas
General
1 noche
2-3 semanas
La corrección de mamas tuberosas se realiza bajo anestesia general, pudiendo ser necesario que la paciente permanezca ingresada durante 24 horas después de la operación. La intervención dura entre 2 y 3 horas.
La operación a realizar puede diferir bastante según la paciente tratada, no obstante la técnica mas habitual consiste en abordaje periareolar, que nos permite reducir el tamaño de las areolas. Se remodela la mama con diferentes cortes y en plano submuscular se colocan unas prótesis anatómicas. Se complementa con lipofilling para mejorar la zona del escote y corregir la separación de las mamas.
¿Qué esperar?
La paciente deberá llevar una vida tranquila, sin esfuerzos físicos, durante el primer mes tras la operación. Será necesario llevar una sujetador postoperatorio durante las primeras semanas tras la intervención y existirán ciertas molestias postoperatorias (principlamente la primera semana).
Las únicas limitaciones que tendrá durante algún tiempo serán las de cargar peso, realizar actividades deportivas y los baños de inmersión.
Si bien el cambio de forma de las mamas será perceptible rápidamente (en el postoperatorio inmediato), será necesario un tiempo de espera para poder ver los resultados finales (4-6 semanas después de la intervención).
Una vez pasado todo este proceso la mujer podrá disfrutar de un pecho sin rastro de la malformación previamente visible antes de la intervención y de un resultado disfrutable en el largo plazo.
Mejora la comodidad y resultados de tu cirugía estética
La fase de recuperación después de someterse a una cirugía juega un papel crucial en la consecución de resultados óptimos.
En la Clínica de la Dra. Urcelay, contamos con una serie de terapias postoperatorias diseñadas para potenciar este proceso y maximizar los beneficios de tus tratamientos al máximo. Nos esforzamos para que tu período de recuperación sea más fluido y menos molesto, asegurando así que alcances los resultados deseados con mayor eficacia.
Casos reales
Corrección de mamas tuberosas (Caso 1)
Corrección de mamas tuberosas (Caso 2)
Corrección de mamas tuberosas (Caso 3)
Resolvemos todas tus dudas
Las mamas tuberosas se deben a la existencia de una alteración genética en el tejido de la glándula mamaria, la cual impide un desarrollo normal de la misma en la época de la adolescencia femenina.
Cuando una paciente sufre de mamas tuberosas, en la unión del pecho al músculo pectoral, se halla un anillo fibroso que evita que el tejido adiposo se distribuya de la forma pertinente. Esto hará que vaya constriñéndose a medida que va aumentando de tamaño y que la grasa vaya desplazándose hacia donde la piel tiene menor resistencia, o sea, hacia el pezón.
Sí, efectivamente dentro de las mamas tuberosas tenemos diferentes grados según la deformidad existente en el pecho femenino. De esta manera encontramos:
Cuando hablamos de mamas tuberosas, hablamos de una anomalía benigna de las mamas, lo cual no puede ser causa de tumores u otros problemas cancerigenos asociados. Las consecuencias principales de sufrir esta alteración son estéticas, lo que sí puede dar luego a problemas de autoetima, complejos o inseguridades y a una falta de confianza a nivel psicológico.
A nivel médico lo más recomendable es esperar a la mayoría de edad de la paciente (18 años). Esto se debe a que, antes de intervenir, siempre debemos estar seguros de que la paciente ya se ha desarrollado por completo a nivel hormonal. De no ser el caso, podríamos intervenir y meses o años posteriores ver cambios sustanciales en la mama producidos por este desarrollo hormonal pendiente.