Las mujeres y los hombres que tienen los senos excesivamente grandes conocen los problemas que esto puede tener para su salud. Por eso la operación de reducción de pecho tiene un carácter más terapéutico que estético.
Unos pechos demasiado grandes pueden producir problemas tales como dolor de espalda y dolor de cuello debido a un peso excesivo de los senos, hasta problemas respiratorios, e incluso llegan a impedir desarrollar actividades cotidianas de manera normal como puede ser practicar deporte.
Para corregir estos problemas se recurre a una cirugía específica que ayuda a reducir el tamaño de mama, también llamada mamoplastia de reducción, y en el caso de los hombres se practicará una ginecomastia. El proceso comienza en la consulta de la Doctora Urcelay con una exploración de los senos que puede completar con un estudio mamográfico. Durante las primeras consultas la comunicación es muy importante. La Doctora necesitará conocer algunos datos, por ejemplo si eres fumadora, si has tenido hijos o si piensas tenerlos. Ella te aconsejará sobre las distintas técnicas y sobre tus expectativas, y te dará toda la información necesaria para una correcta recuperación y que el resultado sea un éxito.
La cirugía de reducción de senos es algo más complicada que en el caso de aumento de pecho pero sus resultados son igual de satisfactorios. La intervención se realiza en un quirófano bajo anestesia general. Durante las 2 a 4 horas que dura la operación, la Doctora Urcelay realizará diversas incisiones de tal manera que eliminará piel, grasa y, dependiendo de los casos, tejido mamario sobrante. Las incisiones se realizan normalmente alrededor de la areola lo que permite mantener el pezón unido tanto a sus terminaciones nerviosas y como al riego sanguíneo. Esto hará que sigas teniendo sensibilidad en el pezón. Solo en los casos de grandes reducciones será necesario separar la areola por completo para después realizar una gran reconstrucción del pecho.
Una vez finalizada la reducción, la Doctora te pondrá unos vendajes alrededor del pecho y unos drenajes en las cicatrices, que se te retirarán pasados dos a tres días y se te cambiarán por un sujetador especial. Entre la primera y segunda semana se te retirarán los puntos. Y a partir de la segunda semana la Doctora valorará que vuelvas poco a poco a hacer vida normal. A lo largo de los primeros días notarás un dolor que se controla con analgesia y durante las primeras semanas podrás sentir ardor en los pezones, el pecho hinchado e incluso algunas costras debido a las incisiones. Algo completamente normal.
El resultado final es un pecho más pequeño y ligero, acorde con tu cuerpo, con una forma simétrica y unos senos de aspecto rejuvenecido. Obtendrás una figura proporcionada. Debido a la complejidad de la reducción mamaria, este tipo de cirugía deja ciertas cicatrices visibles que quedarán disimuladas bajo el sujetador o biquini y que con el tiempo y unos buenos cuidados de la piel se irán borrando.