La otoplastia es una intervención quirúrgica, muy sencilla, que hacemos para corregir la posición de las
orejas, y eliminar las orejas de soplillo. Tras la operación, las cicatrices que quedan no son visibles ya
que las incisiones se realizan en la parte posterior de las orejas. Incluso en los casos más complicados
en los que sea necesario extirpar cartílago para retocar el tamaño del pabellón auditivo, la cicatriz no
será visible.
Lo mismo ocurre si optamos por un tratamiento EarFold. La incisión para colocar este implante es
prácticamente imperceptible ya que se trata de una técnica mínimamente invasiva.
Tras la cirugía, de cinco a siete días después, retiramos los puntos sin mayor problema y podremos ver los resultados de manera inmediata.