Un pecho grande puede provocar dolor de espalda o incluso limitar la práctica de algunos deportes. Estos problemas se pueden corregir con una cirugía de reducción de mamas. El resultado: un pecho proporcionado y firme, y un contorno corporal armónico.
Algunas mujeres necesitan reducir el tamaño de sus pechos ya que puede ser desproporcionado a su contorno corporal. Un problema que puede provocar molestias o dolor de espalda y cuello, por exceso de peso, rojeces e irritaciones en los pliegues mamarios debido al rozamiento, limitar la práctica de deporte y de algunas actividades cotidianas, o incluso problemas de autoestima.
Antes de realizar una cirugía de este tipo, explico a mis pacientes qué deben esperar de los resultados. El preoperatorio comienza con una exploración, unas fotografías preoperatorios y la toma de medidas. Con ello, puedo generar una imagen estimada del resultado con una herramienta llamada crisalix, que me permite realizar una simulación en 3D del resultado final tras la operación.
El preoperatorio termina con unas pruebas que determinen la buena salud de la paciente, así como una mamografía y la visita al anestesista, ya que la operación requiere de cirugía general.
Durante la intervención, elimino el exceso de grasa, de tejido mamario y de piel, y elevo el pezón para corregir su posición. En ocasiones puede ser necesario reducir también el tamaño de la areola en la misma intervención. A pesar de ello, la cirugía no es dolorosa.
Pasadas 24 horas tras la intervención, retiro los drenajes y los vendajes para colocar un sujetador especial. Después la paciente en su casa deberá procurar no realizar esfuerzos con los brazos, y deberá seguir una pauta de antibióticos durante los primeros 5 días acompañada de analgesia. No es necesario retirar los puntos ya que son reabsorbibles.
El resultado es un pecho firme y proporcionado. Si quieres saber más sobre el proceso de una mamoplastia de reducción, no dudes en venir a mi consulta.